La música, al igual
que el movimiento, es una parte esencial para el desarrollo y el aprendizaje
infantil. Por ello, es indiscutible que las canciones son una herramienta metodológica
de un gran valor a la hora de trabajar con niños. Como recurso didáctico, a la
hora de aprender lenguas, podríamos enumerar, entre otras, las siguientes
ventajas:
- Las canciones infantiles usan ritmos sencillos y muy marcados que son fáciles de recordar.
- Tienen una melodía y unas letras con una rima fácil y repetitiva que ayudan a la memorización de contenidos.
- Las letras van acompañadas a veces de gestos que, además de estimular la expresión corporal, favorecen la dicción y la capacidad de comprensión del niño.
- Cantando en clase se practica la gramática, el léxico, la fonética y la pronunciación de una forma creativa, divertida y lúdica.
Soy de la opinión de que cantar debería ser una práctica generalizada en las escuelas y en las clases de lenguas. Por muchas razones. Y porque, como leí en algún lugar, “una escuela que canta es una escuela alegre que gana en calidad educativa”.Y ya os anuncio que en próximas entradas iré presentando, con su explotación didáctica, algunas canciones que suelo trabajar con los niños en mis clases de español.
¡Música, maestro!
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